
La Organización Mundial de la Salud endureció las reglas para prevenir la contaminación del aire, que se informó ha cobrado la muerte de personas en el mundo.
Y es que en esta ocasión se reduce drásticamente los niveles máximos recomendados para varios contaminantes, que considera que la contaminación del aire es una de las mayores amenazas para la salud humano, y que provoca la muerte de siete millones de mueres prematuras, sobre todo en los países considerados que tienen menos recursos.
Los criterios fueron cambiados por la OMS y se dirigió a los principales contaminadores del mundo para que cuiden el medio ambiente, con ello, además, poder salvar vidas.
La OMS ha rebajado los límites tolerados para los contaminadores considerados clásicos: las partículas en suspensión, el ozono, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el monóxido de carbono.
Las nuevas normas no son de cumplimiento obligatorio, pero sí dan a los países un marco para proteger mejor a su población.
En estos países se registran crecientes niveles de contaminación atmosférica impulsada por una urbanización a gran escala y un desarrollo económico que se basa sobre todo en la utilización de combustibles fósiles.
Sin embargo, aunque la calidad del aire haya mejorado un poco durante las tres últimas décadas, millones de personas siguen muriendo prematuramente, a menudo en poblaciones más vulnerables o marginadas.
En el caso de los niños, la contaminación atmosférica podría impedir el desarrollo correcto de los pulmones, provocar infecciones respiratorias y agravar el asma.
En los adultos las muertes prematuras vinculadas a la contaminación de la atmósfera están asociadas a cardiopatías y accidentes vasculares.