
Gran Bretaña declaró estado de sequía en gran parte de su territorio, considerándolo el peor en 500 años.
Esta situación obligó a las autoridades a imponer restricciones en el consumo de agua en ciertas zonas.
La Agencia Ambiental de Reino Unido anunció el estatus de sequía, declarada por primera vez desde 2018, en ocho de 14 áreas del país, que incluyen las áreas de Londres, el valle del Támesis y partes del sur, el centro y el este de Inglaterra.
La circunstancia obliga a las compañías de agua a elaborar planes de contingencia para hacer frente a la escasez; prohíbe regar, lavar coches y llenar piscinas privadas. Medidas similares podrían imponerse en otras zonas, incluida la capital, si continúa la sequía.
Reino Unido vivió el julio más seco jamás registrado en ciertas regiones y el primer semestre en la misma condición desde 1976. También fue el quinto mes consecutivo en todo el país con un nivel de lluvias por debajo del promedio.