
Después de que se diera a conocer que con COVID-19 las personas pueden tener algún tipo de padecimiento posterior, también algunos estudios informaron que hay vacunas que pueden provocar síntomas.
Como ejemplo, se hablo la última ocasión de AstraZeneca, que según algunos estudios realizada por el British Medical Journal, provocaron trombosis tras la aplicación de la primera dosis, aunque no es la única marca, pues también se refirieron a Johnson & Johnson.
Las vacunas COVID de ARN (como la Pfizer), por su parte, han tenido una menor, pero existente, presencia de casos de trombosis, por lo que hay menos preocupación.
Los investigadores precisaron que hay una relación casual entre esas vacunas con síndrome de trombocitopenia, lo que llevó a una actualización de la información del producto para la vacuna AstraZeneca para incluir la trombosis con síndrome de trombocitopenia como un efecto secundario “muy raro”.
El objetivo de la investigación fue únicamente cuantificar el riesgo de la trombosis, ya que argumenta que la respuesta de las vacunas han sido la razón por la que el COVID-19 bajó su letalidad.
La investigación miles de muestras de personas que fueron vacunadas en Reino Unido, Estados Unidos, España y Alemania.