
El dióxido de azufre es el compuesto químico más común en las erupciones volcánicas que pueden afectar la salud en los seres humanos.
Esto debido a que la ceniza volcánica está compuesta por restos del proceso de combustión, roca pulverizada, minerales y gases como el dióxido de azufre (SO2) que, en casos graves, podría causar la muerte, ya que pasan al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias.
El Instituto para la Salud Geoambiental dio a conocer que el dióxido de azufre es un gas comúnmente liberado durante las erupciones volcánicas. Es incoloro, irritante y con olor penetrante además, se emplea en la industria del papel como agente blanqueador.
El SO2 puede causar los siguientes problemas de salud:
Dificultad para respirar.
Inflamación de las vías respiratorias.
Irritación ocular por formación de ácido sulfuroso sobre las mucosas húmedas.
Alteraciones psíquicas.
Edema pulmonar.
Paro cardíaco.
Colapso circulatorio.
Queratitis.
Este químico también se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica, aumentando la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños.
Protección Civil pide a la población prevenir enfermedades y afectaciones a causa de la actividad del volcán y tomar las siguientes medidas de prevención:
Usar cubrebocas.
Utilizar careta o goggles.
Evitar actividades al aire libre.
Guardar la calma ante algún malestar.
No automedicarse.
Limpiar la nariz con agua natural o agua de mar en spray.
Limpiarse los ojos con agua natural.
Cerrar ventanas o cubrirlas.
A quienes padecen enfermedades respiratorias se les recomienda quedarse en casa y evitar entrar en contacto con la ceniza del volcán.