
En España se dio a conocer un nuevo estudio que ha desafiado la afirmación de muchos lingüistas de que los idiomas orales por numerosos hablantes no nativos tienden a tener gramáticas más simples.
Al analizar una muestra global de mil 314 idiomas, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig encontró que el tamaño de la comunidad de hablantes y la proporción de éstos de un segundo idioma no estaban asociados con gramáticas más simples.
Los expertos dieron a conocer que los idiomas de todo el mundo difieren mucho en la cantidad de distinciones gramaticales que hacen. Esta variación es observable incluso entre lenguas estrechamente relacionadas. Los hablantes de sueco, danés y noruego, por ejemplo, usan la misma palabra hunden, que significa “el perro”, para comunicar que el canino está en la casa o que alguien lo encontró o le dio comida.
En islandés, por otro lado, se utilizarían tres formas diferentes de palabras en estas situaciones, correspondientes al caso nominativo, acusativo y dativo respectivamente: hundurinn, hundinn y hundinum.
Esta distinción gramatical en el sistema de casos, junto con muchas otras, distingue al islandés de sus lenguas hermanas estrechamente relacionadas.
Es por ello por lo que midieron la complejidad gramatical utilizando datos de Grambank, una base de datos global de características gramaticales recientemente lanzada.