
Generalmente cuando una persona hace corajes dice que se daña la vesícula, pero ¿será así?.
Los expertos aseguran que hay realidades y mitos, pero primero explican que es la vesícula biliar que es un órgano en forma de pera ubicado debajo del hígado; su principal función está estrechamente ligada con la digestión.
Pero cuando uno se siente triste, feliz o enojado, la primera zona de nuestro cuerpo que responde además del corazón, es el estómago.
El estómago después de un evento de mucho estrés o ansiedad se inflama y puede provocar incluso diarreas.
Según los estudios del Instituto Médico Mayo Clinic la vesícula actúa como un almacén de la bilis, un líquido esencial para la digestión que el hígado produce. Este líquido amarillo-verdoso juega un rol vital en la descomposición de alimentos y en la absorción de nutrientes.
Aunque se ha planteado en investigaciones académicas de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, que trastornos emocionales como corajes pueden tener un impacto directo en el funcionamiento de la vesícula biliar.
Las emociones no son las únicas culpables cuando hablamos de la salud de nuestra vesícula biliar. Factores como una dieta rica en grasas, el estrés crónico y la falta de actividad física también pueden desencadenar problemas.
En el contexto de una vida actual que suele ser más sedentaria y con alimentación poco saludable, la vesícula tiene que trabajar más para procesar las grasas. Esto implica una mayor producción y utilización de bilis para hacer solubles ciertas sustancias, como el colesterol y las vitaminas liposolubles, facilitando su absorción en el intestino grueso.