
Cuando el corazón pierde su capacidad para encogerse o relajarse se habla de que una persona sufre de insuficiencia cardiaca.
Se estima que en el mundo el por ciento de la población adulta está afectada por algún grado de insuficiencia cardiaca.
La arritmia cardiaca es una alteración en el ritmo normal; puede ser rápida en el caso de las taquicardias o lentas, como la bradicardia. Puede presentarse de manera intermitente y es cuando las llamamos paroxísticas, pueden ser regulares o irregulares.
Las arritmias cardiacas pueden deberse al daño del músculo cardiaco o alteraciones en la generación o conducción del impulso eléctrico normal.
Según los especialistas existen diferentes tipos de arritmias, algunas pueden ser graves y poner en riesgo la vida del paciente; y otras pueden ser leves y permiten llevar una vida normal bajo supervisión y tratamiento de un especialista.
Conforme va avanzando la edad se hacen presente las arritmias cardiacas. De la población general, la fibrilación auricular afecta el 6% a mayores de 60 años y 8% a mayores de 80 años, siendo una de las arritmias más frecuentes; la media de edad aumenta paulatinamente, ya que actualmente se sitúa entre los 75 y 85 años de edad.
La arritmia se asocia a un riesgo cinco veces mayor de algún accidente cerebrovascular con una incidencia tres veces superior a desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva y una mayor mortalidad.