
A través de diferentes estudios se relacionó al sistema digestivo, el cerebro y el COVID-19 prolongado.
La Universidad de Pensilvania a través de sus investigadores informaron que los vestigios virales en el tracto gastrointestinal de un subconjunto de pacientes que tuvieron la enfermedad, presentaron una inflamación crónica que interfiere con un mensajero químico clave involucrado en la actividad nerviosa, la función cerebral y la memoria.
Se precisó que estos hallazgos proporcionan una explicación para la falta de concentración, los problemas de memoria y otros síntomas neurocognitivos en el COVID-19 prolongado.
Más de 200 síntomas se han asociado con COVID prolongado, un término general que se aplica a los problemas de salud a menudo debilitantes que se estima que afectan al 10 por ciento o más de las personas que han tenido la enfermedad.