
Hemos hablado en varias ocasiones de la depresión, pero hay factores que la causan, según los expertos.
Entre los diferentes factores se encuentran los factores genéticos, donde la predisposición genética puede aumentar la vulnerabilidad de una persona a la depresión
Cambios en la química cerebral: Desbalances en neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina están asociados con la depresión. Estas sustancias químicas desempeñan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo y la respuesta al estrés.
Factores hormonales: Cambios en los niveles hormonales, como los que ocurren durante el embarazo, el posparto, la menstruación y la menopausia, pueden influir en la aparición de la depresión.
Experiencias traumáticas: Eventos traumáticos, como abusos, pérdidas significativas o situaciones de estrés crónico, pueden desencadenar o contribuir al desarrollo de la depresión.
Condiciones médicas: Enfermedades crónicas, dolencias físicas y ciertas condiciones médicas, como enfermedades cardíacas, diabetes o problemas tiroideos, pueden aumentar el riesgo de depresión.
Factores psicosociales: Factores del entorno, como problemas familiares, conflictos laborales, aislamiento social o problemas económicos, pueden desencadenar o contribuir al desarrollo de la depresión.
Consumo de sustancias: El abuso de sustancias, como alcohol o drogas, puede ser un factor de riesgo para la depresión. Además, el uso de algunas sustancias puede agravar los síntomas depresivos.