
En algunas ocasiones cuando nos ofrecen entre un zumo y un jugo no sabemos la diferencia, pero según los expertos sí la hay.
Ambos se refieren a líquidos extraídos de frutas o vegetales, las particularidades en su preparación, textura y contenido nutricional, dan lugar a distintas denominaciones, desde el método de extracción hasta el impacto en la salud.
Aunque ambos derivan de frutas o vegetales, sus diferencias radican en la preparación, textura, y contenido nutricional, lo que conlleva a distintas denominaciones y usos.
Zumo se refiere al líquido extraído directamente de frutas, flores, hojas o verduras mediante machacado, exprimido, o desmenuzado. Suele conservar la fibra y pulpa, ofreciendo una textura más espesa y un sabor más intenso.
Jugo, por otro lado, resulta de filtrar el zumo para remover pieles, semillas, y pulpa. A menudo se le añade agua y se procesa para prolongar su vida útil. Esta filtración reduce la fibra, resultando en una bebida más líquida y a veces con mayor contenido de azúcar.
El zumo, al conservar más fibra, puede ofrecer mayores beneficios digestivos y un índice glucémico más bajo. El jugo, aunque sigue siendo una fuente de vitaminas y minerales, puede tener un mayor impacto en los niveles de azúcar en sangre debido a la concentración de fructosa.