
En tres países africanos se dio el despliegue gradual de la primera vacuna contra la malaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ‘RTS,S/AS01’.
Con ello se ha demostrado una reducción sustancial de la malaria grave y un descenso del 13 por ciento de las muertes infantiles tempranas por las causas en las zonas donde se ha administrado la vacuna en comparación con las zonas donde no se introdujo.
Esta reducción sustancial de la enfermedad y la muerte se suma a lo que se está consiguiendo en estas zonas donde ya se han introducido mosquiteros, fumigación de interiores con insecticidas y otras intervenciones de salud infantil.
En octubre de este año, la OMS recomendó una segunda vacuna segura y eficaz contra la enfermedad, la ‘R21/Matrix-M’. Se espera que la disponibilidad de dos vacunas contra la malaria aumente el suministro y haga posible un despliegue a gran escala en toda África.
Especialistas informaron que la malaria sigue siendo una enfermedad prevenible y curable.
Ngamije ha aprovechado la presentación del informe para hacer hincapié en la importancia de «revitalizar» la lucha contra la malaria y aumentar la cobertura, el acceso a los servicios, y garantizar que en el futuro próximo los países «vuelvan a estar en el buen camino» en lo que respecta a los objetivos mundiales en materia de malaria.