
La mala calidad del sueño se asocia a muchos de los problemas de la salud, entre los que se encuentran las alteraciones metabólicas, como la diabetes o la obesidad, al igual que enfermedades neurodegenerativas o problemas de salud mental.
Investigadores de varias universidades en Estados Unidos han llevado a cabo un estudio respecto al sueño donde encuestaron a 3 mil 863 personas.
A partir de estas respuestas, los investigadores establecieron cuatro modos o “fenotipos” de dormir.
También tuvieron en cuenta el nivel de cansancio durante el día y si hacían siestas, si tardaban más de 30 minutos en conciliar el sueño o si dormían menos de 7 horas al día.
Los cuatro fenotipos que establecieron fueron: buenos dormidores, dormidores insomnes, dormidores de fin de semana y siesteros (con “s”). Los primeros dormían, en general, lo suficiente, mientras que los insomnes –como su propio nombre nos hace sospechar– lo hacían poco, estaban cansados durante el día y les costaba conciliar el sueño.
Un 77 % de los encuestados mantuvo su forma de dormir durante los 10 años examinados, pero no todos los fenotipos fueron igual de “fieles”. Los más estables fueron los siesteros y los insomnes. Por contra, el 73 % de los dormidores de fin de semana sí pasaron a ser siesteros o insomnes al cabo de esos 10 años.