
La enfermedad de Chagas no es tan conocida como el dengue, chikunguña o Zika, pero sí puede generar ciertos problemas en la salud y es importante detectarla en la primera fase para que evitar complicaciones.
La enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosomiasis americana, es una afección infecciosa provocada por el parásito Trypanosoma cruzi. Transmitida principalmente a través de insectos conocidos popularmente como vinchucas o chinches besuconas, esta enfermedad es un problema de salud significativo en varias regiones de América Latina.
Aunque es más prevalente en zonas rurales y pobres, la globalización y los movimientos migratorios han extendido su alcance a otros continentes como América del Norte y Europa.
El contagio de la enfermedad de Chagas se produce cuando las heces del insecto portador entran en contacto con mucosas o lesiones en la piel.
Además, la enfermedad puede transmitirse por transfusiones sanguíneas, trasplantes de órganos, de madre a hijo durante el embarazo y, aunque menos común, a través del consumo de alimentos contaminados con el parásito.
Los síntomas de la enfermedad de Chagas varían según la fase de la infección. Inicialmente, durante la fase aguda, que puede durar varias semanas o meses, muchos pacientes no presentan síntomas o experimentan solo signos leves como:
Fiebre o escalofríos
Hinchazón en el sitio de la infección
Fatiga
Dolor de cabeza
Erupciones cutáneas
Agrandamiento de ganglios linfáticos