
La cápsula endoscópica, un aditamento del tamaño de una píldora y diseñado originalmente para uso en misiles, ha revolucionado la medicina al facilitar el estudio de enfermedades del tracto digestivo. A 20 años de sus primeras aplicaciones, se han realizado más de 4 millones de análisis médicos a escala mundial.
Este pequeño artefacto fue creado por el ingeniero mecánico israelí Gavriel Iddan, que formaba parte de un grupo de investigación en electroóptica enfocado a la defensa en su país y trabajaba en un proyecto para desarrollar un microaparato con imagen electroóptica para ser aplicado en misiles miniatura.
En ese tiempo Iddan conoció a un gastroenterólogo dedicado a la endoscopía, y surgió la idea de aplicar esa tecnología en la exploración del tracto gastrointestinal. Las investigaciones en esa dirección comenzaron en 1981 y los primeros prototipos estuvieron listos en 1994.
Esta herramienta vino a cambiar radicalmente el estudio del intestino delgado, una estructura del tracto digestivo difícil de examinar debido a su anatomía (múltiples pliegues y bucles), su longitud (entre seis y siete metros) y su localización (se encuentra entre el esófago, el estómago y el colon.
La cápsula endoscópica es del tamaño de una píldora analgésica, pesa cuatro gramos y está forrada de un plástico resistente a los fluidos gastrointestinales. Tiene integrada una cámara de video a color y una fuente de luz led. La óptica con la que cuenta le permite visualizar lesiones desde 0.1 milímetro hasta tres centímetros de distancia, magnificando su tamaño hasta ocho veces.