Especialista dieron a conocer que el estado de ánimo tiene implicaciones en la vida laboral, pues no solamente afecta de manera personal, también puede tener efectos en la eficiencia y productividad.
Es decir, según los expertos, si un trabajador llega de mal humor, su cerebro se encuentra en un estado de estrés y alerta y puede activar la amígdala, la parte del cerebro que es responsable de las emociones negativas también se puede inhibir la toma de decisiones, el pensamiento crítico por que se activa la corteza prefrontal.
Las habilidades cognitivas se ven comprometidas, según el informe Global State of the Workplace de Gallup el 44 por ciento de quienes consideran cambiar de trabajo considerarían su decisión si existiera una mejor cultura organizacional.
Las investigaciones demuestran que las emociones influyen no solo en el compromiso de los colaboradores sino también en el bienestar.
También influyen en la productividad, la rentabilidad para lograr resultados empresariales.
En estudio publicado en Psychophysiology sugiere que el mal humor también parece afectar las bases neuronales de la empatía. Lo que significa que estar irritable tiene serias implicaciones en las relaciones.
Miguel Isaac Khoury Siman 