
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), actualmente 12.1 millones de personas tienen la necesidad de encontrar trabajo, esto representa el 18.1% de la fuerza laboral potencial, un aumento mensual de 0.3 puntos y un acumulado de 1.3 puntos en lo que va del 2024.
En febrero de este año, la brecha laboral anotó su registro histórico más bajo, al ubicarse en un nivel de 15.5%, a partir de ahí comenzó el ascenso paulatino en este indicador, sólo con una baja marginal en abril.
La brecha laboral, también conocida como déficit de empleo, se considera la medida más amplia de la necesidad de trabajo en una economía, pues contempla no solamente a las personas desempleadas, sino también a las inactivas disponibles y a quienes están en subocupación.
En los primeros meses de la pandemia de Covid-19, esta medición escaló a sus niveles más altos desde que se tiene registro debido a la suspensión de actividades económicas no esenciales para prevenir los contagios. En mayo de 2020, este indicador llegó a un máximo de 52.9% de la fuerza laboral potencial; un déficit de empleo que afectó a 32.9 millones de personas.
De acuerdo con la última actualización del informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aunque los niveles de desocupación ya regresaron a lo observado antes de la pandemia, es precisamente el déficit laboral la parte más débil de la recuperación, con “una persistente falta de oportunidades de empleo”.