
Expertos dieron a conocer que en invierno hay más problemas con la piel, principalmente con los labios que se parten o agrietan.
Esa piel sensible que en otras estaciones del año suele permanecer suave y saludable, en esta temporada comienza a agrietarse y descamarse.
A la afección que se relaciona con los labios secos y partidos se le conoce como queilitis. La inflamación de los labios por frío, exposición al sol, o saliva en los labios puede llegar a ser bastante dolorosa. Esta condición se manifiesta como enrojecimiento, descamación y fisuras, y es particularmente común durante los meses de invierno, cuando la combinación de aire seco, viento y bajas temperaturas afecta la piel vulnerable de los labios.
Su piel es más delgada que la del resto del rostro; mientras que la piel de otras áreas tiene hasta veinte capas celulares, la piel de los labios cuenta con menos de cinco. Esta delgadez los hace más vulnerables a la deshidratación e influye en su color rosado o rojizo: los vasos sanguíneos se encuentran más cerca de la superficie.
Si lo anterior no fuera suficiente, los labios no cuentan con glándulas sebáceas, responsables de producir el aceite que mantiene la piel hidratada. Esto significa que esta zona depende completamente de cuidados externos para mantenerse humectada.