
Cada año se registran millones de nuevos contagios en todo el mundo, principalmente por transmisión sexual.
Los hallazgos de ADN antiguo en esqueletos americanos aportan evidencia sólida a favor de la teoría de que la sífilis se originó en el continente americano
La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. Puede ser adquirida por vía sexual o por transfusión de sangre, o congénita si se transmite de madre a hijo durante el embarazo.
La sífilis es curable con antibióticos, pero si no se trata a tiempo puede generar complicaciones graves. Para prevenir la sífilis, es importante usar preservativos durante las relaciones sexuales genitales. También es recomendable hacerse pruebas de sangre regularmente, especialmente si se tiene múltiples parejas o se practica sexo sin preservativo.
Los síntomas de la sífilis pueden aparecer entre 10 y 90 días después de la infección, pero generalmente aparecen entre tres y cuatro semanas. Sin embargo, es posible estar infectado sin notar ningún síntoma durante años.
La sífilis se desarrolla en etapas, cada una con síntomas característicos:
Etapa primaria
Se caracteriza por la aparición de chancros, que son inflamaciones indoloras en los genitales, el recto, la lengua o los labios.
Etapa secundaria
Se caracteriza por la aparición de erupción cutánea, fiebre, fatiga, cefalea e inapetencia.
Etapa terciaria
Si no se trata, puede dañar la aorta, el cerebro, la médula espinal y otros órganos.