
El humo del cigarro contiene al menos 7 mil sustancias tóxicas, las cuales 69 de ellas han demostrado ser cancerígenas, es decir, productoras de cáncer.
El ritual destructivo comienza inhalando y exhalando el humo del tabaco donde se mezcla el placer, la adicción y el daño a la salud en una sola bocanada.
Cuando reiteradamente por años y años una persona consume estas sustancias tóxicas, lo que hacen estas sustancias cancerígenas, es alterar el ciclo reproductor de nuestro organismo, en este caso, de las células pulmonares, explicaron los expertos.
De acuerdo con un comunicado de la Comisión Nacional contra las Adicciones, el humo de tabaco contiene 7 mil sustancias químicas, de las cuales 69 se han demostrado ser cancerígenas y aunque el humo puede ser invisible e inodoro, puede permanecer en el aire hasta cinco horas.
Entre las sustancias que se han demostrado ser cancerígenas son el benceno, las nitrosaminas específicas del tabaco, el benzo[α]pireno, el 1,3-butadieno, el cadmio y el formaldehído. Estas sustancias son responsables de muchos de los efectos adversos para la salud asociadas con el tabaquismo y la exposición al humo de segunda mano.