
Cada 27 de febrero, el mundo se une para recordar la importancia de la donación de órganos, tejidos y trasplantes. No es solo una fecha en el calendario, sino una oportunidad para reflexionar sobre cómo un simple acto de generosidad puede salvar vidas y dar esperanza a quienes la han perdido.
Cada año en nuestro país se realizan alrededor de siete mil trasplantes, que pueden ser de riñón, córnea, hígado, corazón, pulmón o tejido musculoesquelético. El 85 por ciento se realiza en el sector público y 15 por ciento en el sector privado.
En promedio, cada año 16 mil 300 personas esperan un trasplante de riñón. Sin embargo, solo se realizan alrededor de tres mil, lo que representa 18.4 por ciento de cobertura. De manera similar, seis mil personas esperan un trasplante de córnea, y se realizan tres mil 500, es decir, 58.3 por ciento de cobertura.
Detrás de estas cifras hay historias de esperanza: personas que han recibido una segunda oportunidad y familias que, en medio del dolor, han decidido transformar una pérdida en un acto de amor. Aún queda mucho por hacer, y cada donante potencial puede marcar la diferencia entre la vida y la espera.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), donar órganos es una de las formas más efectivas de tratar enfermedades graves que afectan al riñón, el hígado, el corazón o los pulmones. Sin embargo, en muchos países la lista de espera sigue creciendo y la necesidad de donantes es cada vez más urgente.
En México, cada donación y trasplante representa una nueva oportunidad de vida.