
Sólo el 70% de la población mexicana se encuentra con la vacuna contra el sarampión.
Para lograr la inmunidad colectiva se necesita que el 95% de la población esté vacunada; en el país, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022, sólo cerca del 70% lo está.
La disminución en las tasas de vacunación contra el sarampión comenzó con la pandemia de COVID-19, ya que fueron desviados los recursos y la atención sanitaria pediátrica en el orbe, además de que las migraciones y los conflictos bélicos agravaron la situación.
El sarampión es grave porque puede causar encefalitis, ceguera, sordera e incluso la muerte en 1 de cada mil niños. Además de que es contagiosa en extremo: una persona infectada puede transmitirla a 10 o 15 más.
Sin embargo, se cuenta con una vacuna eficaz desde hace más de 40 años, que, con el esquema completo (el cual incluye una dosis a los 12 meses y un refuerzo a los 18 meses), se logra una protección de por vida.
El sarampión afecta sólo a los humanos, causando fiebre, tos, ojos rojos, manchas blancas en las mejillas y erupciones en la piel. Ingresa principalmente por las vías respiratorias o los ojos, se replica en el sistema inmunológico y afecta órganos como el timo, el bazo y los nódulos linfáticos. Los síntomas aparecen en pocos días y duran entre 4 y 7 días.