
Un estilo de vida saludable reduce hasta un 59% la mortalidad tras un infarto
Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio, reducir el estrés y evitar el tabaco mejora el pronóstico y son factores independientes de protección
La investigación, publicada en la revista American Journal of Preventive Cardiology, demuestra que mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio, reducir el estrés y evitar el tabaco mejora el pronóstico y son factores independientes de protección, más allá del tratamiento farmacológico.
El estudio observacional, prospectivo y multicéntrico analizó a 685 pacientes con antecedentes de síndrome coronario agudo, evaluando su estilo de vida tras el evento isquémico y asignando una puntuación de 0 a 7 según el cumplimiento de los siguientes hábitos saludables: consumo de frutas y verduras, ingesta regular de pescado, evitar más de siete bebidas alcohólicas semanales, control del estrés, práctica de ejercicio físico, vida laboral activa y abandono del tabaco.
Los resultados revelaron que, tras casi cinco años de seguimiento, los pacientes con una puntuación de 4 o más mostraron una reducción significativa del riesgo: 35% menos de eventos isquémicos o muerte y 59% menos de mortalidad total. Además, se observó una mejora en su perfil lipídico y una reducción de la inflamación, lo que confirma la influencia positiva de estos hábitos en la salud cardiovascular.