
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) observó que el tamaño de la pupila fluctúa constantemente durante el sueño, con cambios que ocurren en cuestión de segundos o a lo largo de varios minutos.
Esta dinámica refleja el estado de excitación o el nivel de activación cerebral en las regiones responsables de la regulación sueño-vigilia.
Por el contrario, estas fluctuaciones en el tamaño de las pupilas demuestran que, incluso durante el sueño, el cerebro cambia constantemente entre un nivel de activación mayor y menor.
Tras la publicación en Nature Communications, también confirman en humanos lo que otros grupos de investigación descubrieron recientemente en estudios con roedores, que muestran fluctuaciones lentas en el nivel de activación (conocido en este campo como arousal).
Este estudio refuerza la creciente evidencia sobre la importancia de la dinámica pupilar como un marcador de la actividad cerebral, incluso en estados de inconsciencia como el sueño. Investigaciones previas han sugerido que el locus coeruleus, una región clave en la regulación del arousal, también está vinculado a trastornos neurológicos y psiquiátricos como el Alzheimer, la depresión y el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT).