La tretinoína, también conocida como ácido retinoico, es un derivado de la vitamina A que se usa principalmente en dermatología. Es un medicamento ampliamente recetado para el tratamiento de problemas de la piel, como el acné y el fotoenvejecimiento.
Su mecanismo de acción se basa en estimular la renovación celular, lo que ayuda a destapar los poros, mejorar la textura de la piel y reducir las manchas oscuras. Sin embargo, su uso debe estar supervisado por un médico, ya que puede causar irritación si no se aplica correctamente.
El uso de la tretinoína está avalado por estudios clínicos para tratar diferentes afecciones cutáneas. Entre sus principales beneficios se encuentran: el tratamiento de acné, eliminación de manchas e hiperpigmentación y otras afecciones dermatológicas.
Aunque, también los expertos dieron a conocer que tiene efectos secundarios entre los que están: irritación y enrojecimiento en las primeras semanas de uso, descamación y resequedad en la piel, sensibilidad extrema al sol y en algunos casos reacciones alérgicas.
Sin embargo, para utilizar el tratamiento es necesario acudir con experto pues puede tener complicaciones, en ocasiones, graves.
Miguel Isaac Khoury Siman 