
El cáncer de garganta, que abarca tanto la laringe (caja de la voz) como la faringe (el tubo muscular que conecta la nariz con la laringe y el esófago), pasa desapercibido en sus primeras etapas. Generalmente, los síntomas no se presentan hasta que la enfermedad ha avanzado y cuando lo hacen, llegan a confundirse con algo más común y menos grave, como un resfriado o alergias.
Uno de los primeros signos puede ser un cambio en la voz, como ronquera o un sonido áspero que persiste durante semanas sin los típicos síntomas de una gripe, por lo que es importante prestar atención.
Aunque el cáncer de garganta puede afectar a cualquier persona, existen ciertos factores de riesgo que aumentan significativamente las probabilidades de desarrollarlo. Entre ellos se incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y las infecciones virales, especialmente el virus del papiloma humano (VPH) y el virus de Epstein-Barr.
Otros factores de riesgo son una dieta pobre en frutas y verduras o alta en pescado y carnes curadas con sal, exposición a toxinas como el asbesto o el ácido sulfúrico e incluso el consumo de yerba mate.
Aunque las personas mayores de 55 años corren mayor riesgo, el cáncer de garganta se está volviendo más común en personas más jóvenes, debido al aumento de casos de cáncer relacionado con el VPH.
Los hombres tienen aproximadamente cinco veces más probabilidades de ser diagnosticados con esta enfermedad en comparación con las mujeres, y casi el doble de los casos de cáncer de garganta relacionado con el VPH.