
La ansiedad es una condición común que puede afectar profundamente la salud física y mental. No se trata solo de preocupación, sino de una serie de síntomas físicos como palpitaciones, tensión muscular, problemas gastrointestinales y dificultad para respirar.
También puede alterar funciones importantes del cuerpo como la digestión, la respuesta inmunológica y el equilibrio hormonal. Reconocer estos signos es esencial para buscar ayuda profesional y aplicar estrategias como la respiración consciente, el ejercicio, la meditación o la terapia cognitivo-conductual para manejarla eficazmente.
Según los expertos la ansiedad es más que solo sentirse estresado o preocupado; puede manifestarse a través de una amplia gama de síntomas físicos y mentales que pueden ser desconcertantes.
Algunos de los síntomas físicos más comunes de la ansiedad incluyen: preocupación excesiva por situaciones cotidianas, nerviosismo, aceleraciones del ritmo cardíaco, sensación de peligro inminente, problemas gastrointestinales, dificultades para dormir, entre otros.
La ansiedad afecta principalmente al sistema nervioso, provocando cambios en el cuerpo como la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que puede aumentar el ritmo cardíaco y respiratorio, causar sudoración excesiva, tensión muscular y otros síntomas físicos.