
La pregabalina es un medicamento recetado para ansiedad y dolor neuropático, , epilepsia y trastornos de ansiedad generalizada, está aprobado en varios países, incluido México.
La pregabalina pertenece al grupo de los fármacos conocidos como análogos del ácido gamma-aminobutírico (GABA).
Su nombre comercial más conocido es Lyrica, y actúa sobre el sistema nervioso central, reduciendo la actividad de las neuronas que causan dolor o ansiedad.
Diversos estudios médicos y autoridades sanitarias han alertado sobre el potencial adictivo de la pregabalina, especialmente cuando se usa fuera de las indicaciones médicas o durante períodos prolongados. Aunque no genera una euforia intensa como otras sustancias psicoactivas, sí puede inducir una dependencia física y psicológica en ciertos pacientes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen reportes de uso indebido y abuso de pregabalina, sobre todo cuando se mezcla con otras sustancias depresoras del sistema nervioso central, como el alcohol o las benzodiacepinas.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y el NHS del Reino Unido han emitido alertas indicando que el riesgo de abuso aumenta en personas con antecedentes de adicciones, trastornos psiquiátricos o uso crónico.
Expertos recomiendan que la pregabalina se administre exclusivamente bajo supervisión médica, y que no se interrumpa de forma repentina para evitar efectos de abstinencia.
Su uso debe evaluarse periódicamente para determinar si es necesario continuar con el tratamiento, reducir la dosis o buscar alternativas.