Tomar agua ayuda a combatir la resistencia a la insulina.

 

Según el International Journal of Exercise Science, consumir suficiente agua contribuye a optimizar el metabolismo y mejorar la función renal, lo que ayuda a que la insulina actúe de manera más eficiente.

 

Estudios han demostrado que una hidratación adecuada se relaciona con niveles más bajos de glucosa en sangre y una respuesta más efectiva a la insulina. Además, la hormona vasopresina, que se activa en situaciones de deshidratación, puede tener un impacto negativo en el metabolismo tanto de la glucosa como de la insulina, lo que refuerza la importancia de mantener un consumo adecuado de agua.

 

Otro beneficio de la hidratación es su capacidad para facilitar la eliminación de glucosa a través de los riñones.

 

El Instituto de Medicina de Estados Unidos sugiere que los hombres adultos consuman aproximadamente 3,7 litros diarios de líquidos provenientes de todas las fuentes, mientras que las mujeres adultas deberían ingerir alrededor de 2,7 litros al día. De esta cantidad, se recomienda que al menos entre 1,5 y 2 litros provengan de agua pura.

 

Para quienes buscan mejorar específicamente la resistencia a la insulina, algunos especialistas sugieren comenzar con un consumo de entre ocho y diez vasos de agua al día, lo que equivale a aproximadamente dos a 2,5 litros.

 

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