
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que 8 de cada 10 niños y adolescentes tienen algún tipo de deficiencia visual (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo), así como 9 de cada 10 individuos de comunidades indígenas. La Organización Mundial de la Salud ha indicado que debería haber, al menos, 10 mil oftalmólogos a nivel nacional.
En México, la miopía se incrementó desde la pandemia de COVID-19. Antes de 2019, el diagnóstico se hacía a partir de los ocho años de edad, en promedio. Ahora, desde los tres años se presenta esta deficiencia visual, afirmaron especialistas de la Sociedad Mexicana de Oftalmología (SMO).
Además del factor genético y el prolongado tiempo de uso de dispositivos electrónicos, influye la baja exposición a la luz solar.
En estadísticas oficiales, 60 millones de mexicanos necesitan lentes para corregir alguna deficiencia visual, pero solo 15 millones cuentan con ellos. Más de 30 por ciento de niños y adolescentes presentan algún defecto visual, problema que aumenta en forma acelerada y ya es la primera causa de discapacidad visual.