
El café, una de las bebidas más consumidas del mundo, ha dejado de ser solo una fuente de energía matutina para convertirse en un objeto de interés científico en el ámbito del rendimiento físico y cognitivo. Su principal compuesto activo, la cafeína, ha sido ampliamente estudiado por sus efectos sobre la atención, la memoria, la resistencia muscular y el tiempo de reacción.
La cafeína es un alcaloide natural que actúa como estimulante del sistema nervioso central. Su consumo antes del ejercicio ha demostrado mejoras significativas en funciones cognitivas como la concentración, el tiempo de respuesta y la toma de decisiones, especialmente bajo condiciones de esfuerzo o fatiga física.
Una revisión publicada por la International Society of Sports Nutrition en 2021 concluye que el consumo de cafeína en dosis de 3 a 6 miligramos por kilogramo de peso corporal puede mejorar tanto el rendimiento físico como la capacidad cognitiva, incluso en situaciones de presión o agotamiento mental.
Desde el punto de vista neurobiológico, la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, reduciendo la sensación de fatiga y aumentando la actividad neuronal. Esto se traduce en una mayor percepción de alerta y capacidad de procesamiento cognitivo durante el ejercicio.