
El nivel de cortisol, hormona que se produce en las situaciones estresantes, puede medirse en el pelo, lo que permite detectar los niveles de estrés meses antes de un problema cardíaco.
El cabello podría “salvar” a una persona de los estragos que causa un infarto en las células cardiacas o incluso de la muerte, por otros medios más ligados a la ciencia que al azar: al convertirse en una señal de alerta temprana del riesgo cardiovascular de una persona.
Hasta ahora, para medir la salud de las arterias y el corazón de una persona, y las posibilidades de que enferme o ya lo estén, se emplean —entre otros muchos métodos y pruebas de diagnóstico— los análisis de sangre y orina.
A los análisis de sangre y orina, podría sumarse el del cabello, según una reciente investigación de expertos de la Universidad de Ontario Occidental, en Canadá. Este trabajo asegura que el nivel de cortisol puede medirse en el cabello, lo que permite controlar los niveles de estrés meses antes de que se produzca un problema agudo.
Algunos factores causantes de estrés, como el trabajo, los problemas de pareja o matrimonio o financieros han sido relacionados con un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, incluso ataques al corazón.