
Algunos expertos dieron a conocer que las personas que nunca se han desmayado es porque tienen buena salud o resistencia física.
Aunque en salud neurológica y del sistema nervioso advierten que esta condición, aparentemente inofensiva, podría tener más implicaciones de las que se cree.
Desde un punto de vista médico, el desmayo es una reacción de protección. Cuando el cerebro detecta una caída súbita en la presión arterial o una alteración del ritmo cardíaco, responde interrumpiendo brevemente la conciencia para reducir la demanda de oxígeno y permitir al cuerpo recuperar el equilibrio.
Este mecanismo está controlado por el sistema nervioso autónomo, el cual regula funciones automáticas como la respiración, el ritmo cardíaco y la dilatación de los vasos sanguíneos.
Algunos investigadores plantean que podría deberse a un sistema nervioso excepcionalmente estable o a una función cerebral que no requiere de este tipo de respuesta ante situaciones extremas.
Pero también puede significar una falta de exposición a estímulos críticos, lo que no necesariamente indica una salud superior.