
Las chinches de cama provocan más allá de unas cuantas picaduras, pues según los expertos afecta, la salud, la tranquilidad y el bienestar de las personas.
Se dijo además que no tiene nada que ver con la higiene y es que se aclara porque muchas personas lo asocian con eso.
Las chinches son insectos pequeños, planos y de color marrón que se alimentan exclusivamente de sangre, preferentemente humana. No vuelan ni brincan, pero se desplazan con rapidez por paredes, muebles, colchones y costuras de ropa de cama. Su tamaño ronda los 5 milímetros, lo que les permite esconderse fácilmente en grietas, costuras y cualquier rincón oscuro.
Estos bichos tienen más actividad durante la noche, son atraídos por el calor corporal y el dióxido de carbono que exhalamos al dormir, se arrastran hasta la piel expuesta, perforan con su aparato bucal y succionan sangre durante varios minutos.
La persona rara vez siente la picadura en el momento, ya que la chinche inyecta un fluido que funciona como anestesia local. Las reacciones aparecen después: ronchas, enrojecimiento, picazón intensa y, en algunos casos, infecciones por rascarse.
Aunque son muy resistentes, las chinches no transmiten enfermedades de forma directa como otros insectos. Pero su presencia genera un fuerte impacto psicológico.