
La creatina es uno de los suplementos más estudiados para uso tanto en atletas de alto rendimiento como en personas que realizan entrenamiento de fuerza. La evidencia sugiere que si se toma, de acuerdo con las indicaciones médicas, no causa daños a la salud; sin embargo, es importante consultar a un médico antes de consumirla.
En los últimos años, el uso y los estudios de la creatina se han extendido hasta poblaciones especiales, como los adultos mayores, debido a que podría combatir la sarcopenia (pérdida de fuerza y masa muscular).
Incluso, hay quienes indican que entre los beneficios de la creatina está la mejoría de la memoria, la recuperación tras una conmoción y hasta la regulación de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2.
Aunque suele encontrarse en forma de polvo, la creatina es una sustancia que el propio cuerpo fabrica. Órganos como el hígado, los riñones y el páncreas la generan de manera natural para ayudar al organismo a realizar funciones esenciales.
Además de producirla internamente, también podemos obtener creatina a través de alimentos como la carne roja o el pescado, aunque en menores cantidades.
En términos simples, este compuesto funciona como una fuente de energía para los músculos.