Diversos estudios han demostrado que la calidad y cantidad de sueño afectan directamente la salud física y mental.

La falta de descanso adecuado puede acelerar procesos de envejecimiento, afectar la memoria, la concentración y la apariencia de la piel.
Según la ciencia, la cantidad de sueño necesaria varía según la edad y las necesidades individuales. Sin embargo, expertos de la Universidad de Harvard recomiendan que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche para mantener una salud óptima y prevenir el envejecimiento prematuro.
Dormir menos de 7 horas regularmente se ha asociado con diversos problemas de salud, incluyendo aumento de peso, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y deterioro cognitivo.
Además, se da una reparación celular durante el sueño, pues el cuerpo lleva a cabo procesos de reparación celular y producción de colágeno, una proteína esencial para mantener la piel firme y elástica.
El sueño también regula la producción de hormonas como la melatonina y la hormona del crecimiento, que desempeñan roles clave en la regeneración celular y el mantenimiento de la juventud.