
La resistencia a la insulina es un trastorno que suele pasar desapercibido en sus primeras etapas, pero con el tiempo puede alterar de forma muy drástica el equilibrio del cuerpo.
La resistencia a la insulina es una condición en la que las células del hígado, los músculos y el tejido adiposo dejan de responder adecuadamente a la insulina, la cual es una hormona clave para procesar la glucosa.
Cuando esto ocurre, el páncreas comienza a producir más insulina para intentar compensar la falta de respuesta, esta compensación puede provocar niveles elevados de insulina en sangre y, con el tiempo, desencadena un desequilibrio más amplio en el metabolismo.
Este desequilibrio puede no generar síntomas tan evidentes al inicio, pero con el paso del tiempo contribuye al aumento de grasa abdominal, fatiga crónica, antojos de azúcar y dificultades para bajar de peso.
Si no se detecta a tiempo ni se atiende pronto, puede derivar en prediabetes o diabetes tipo 2, además, incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.