
Según los especialistas no es lo mismo estar cansado que tener sueño, aunque en un lenguaje coloquial se usan como sinónimos.
Aunque los síntomas se parecen, hay una diferencia biológica crucial entre ambos estados. Ignorarla puede poner en riesgo tu salud y tu desempeño mental y físico a corto y largo plazo.
El cansancio (o fatiga) puede deberse a múltiples factores y no siempre mejora con dormir. En cambio, la somnolencia sí es una señal directa del cuerpo que pide dormir para restaurar funciones cerebrales esenciales.
El cansancio es una respuesta del organismo al esfuerzo sostenido, físico o mental. Puede originarse por trabajar muchas horas, preocuparse demasiado, hacer ejercicio sin descanso o incluso por carencias nutricionales y deshidratación. Está estrechamente relacionado con procesos metabólicos, hormonales y emocionales.
La somnolencia, en cambio, es una manifestación concreta del sistema de regulación del sueño-vigilia, mediada por estructuras cerebrales como el núcleo supraquiasmático (NSQ) y por sustancias como la adenosina, que se acumula durante la vigilia y provoca la necesidad de dormir.