
Investigaciones recientes exploraron la relación entre el grupo sanguíneo y la esperanza de vida, sugiriendo que ciertos tipos podrían estar vinculados a un envejecimiento más lento y a diferentes riesgos de salud.
Según el sistema ABO, que clasifica la sangre en los tipos A, B, 0 y AB, las personas con grupo B presentarían un envejecimiento más gradual en comparación con otros grupos.
Un estudio publicado en Cadena Ser indica que los individuos con sangre tipo B tienen una mayor capacidad de adaptación a los cambios fisiológicos. Esto se debe a que su organismo es más eficiente en la reparación celular y la regeneración de tejidos, lo que explicaría por qué envejecen más lentamente en comparación con personas de otros grupos sanguíneos.
Otro aspecto señalado en este estudio indica que los que pertenecen al grupo B (caracterizado por la presencia exclusiva del antígeno B en los glóbulos rojos) pueden ser más sensibles y requieren mayor afecto y cuidado en comparación con personas de otros grupos.