
Las várices y venas varicosas son venas dilatadas y retorcidas que se desarrollan cuando las válvulas venosas no funcionan correctamente. Estas válvulas son pequeñas compuertas internas que aseguran que la sangre fluya en una sola dirección, de regreso al corazón.
Cuando estas válvulas fallan, la sangre se acumula y ejerce presión sobre las paredes de las venas, haciendo que se hinchen y se vuelvan visibles bajo la piel, especialmente en las piernas y pies. Las várices no solo representan un problema estético; en muchos casos, pueden generar síntomas molestos como:
Sensación de pesadez o cansancio en las piernas
Hinchazón
Dolor punzante
Calambres nocturnos
Comezón o irritación alrededor de las venas afectadas
Este padecimiento es más común en mujeres, y los principales factores de riesgo incluyen:
Predisposición genética
Embarazo, debido al aumento del volumen sanguíneo y cambios hormonales
Sedentarismo o largas jornadas de pie
Obesidad, que ejerce presión adicional sobre las piernas
Envejecimiento, ya que las venas pierden elasticidad con el tiempo