
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la aspergilosis es una infección causada por hongos del género Aspergillus, que suelen estar en el ambiente, pero pueden convertirse en una amenaza real cuando entran al organismo.
La aspergilosis es una enfermedad producida por la inhalación de esporas del hongo Aspergillus. Estas esporas están en el aire que respiramos, en el polvo, en el suelo e incluso en materiales en descomposición. La mayoría de las personas las inhalan a diario sin enfermarse, gracias a un sistema inmunitario sano.
Sin embargo, cuando las defensas del organismo bajan o existen problemas pulmonares previos, el hongo encuentra el escenario perfecto para crecer en los bronquios o formar masas fúngicas dentro de los pulmones, describe la Biblioteca Nacional de Medicina (MedlinePlus).
De acuerdo con la Mayo Clinic, existen tres formas principales de esta enfermedad:
Aspergilosis alérgica (ABPA): Afecta sobre todo a personas con asma o fibrosis quística.
Aspergilosis invasiva: La más peligrosa. El hongo invade tejidos y vasos sanguíneos, afectando pulmones y otros órganos.
Aspergiloma: Masas fúngicas que crecen en cavidades pulmonares preexistentes, como las que deja la tuberculosis.