
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los análisis de sangre son las pruebas de laboratorio más comunes y aunque sirven para diagnosticar o dar seguimiento a algunas afecciones, también son parte de los chequeos médicos de rutina.
Los análisis de sangre sirven para medir u observar las células, sustancias químicas, proteínas y otros componentes de la sangre. De esta forma, ayudan a diagnosticar algunas enfermedades, vigilar la evolución de otras y confirmar que ciertos tratamientos estén funcionando, entre otras funciones.
Dependiendo el análisis de sangre que solicite el médico, será lo que se analice. Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, de Estados Unidos, estos son algunos de los más comunes:
Hemograma completo. Mide diferentes partes de la sangre, como los glóbulos rojos, blancos, plaquetas, concentraciones de hemoglobina, niveles de hematocrito y volumen corpuscular medio o el tamaño promedio de los glóbulos rojos.
Perfil metabólico básico. Mide las diferentes sustancias que se encuentran naturalmente en la sangre, para dar información sobre diferentes órganos. Aquí se incluyen elementos como la glucosa, calcio y electrolitos.
Análisis de enzimas en sangre. Existen diferentes tipos, uno de los más comunes son los de troponina y creatina, que se usan para corroborar la presencia de un ataque cardíaco.
Perfil de lipoproteínas. Mide los niveles en sangre de colesterol “bueno”, “malo” y total, además de triglicéridos.
Análisis de coagulación de la sangre. Analiza las proteínas en sangre que afectan el proceso de coagulación.