
Nuevos fármacos, estudios genéticos y la posible relación del herpes labial con la enfermedad plantean caminos inéditos para retrasar, tratar e incluso prevenir el Alzheimer.
La coordinación del programa de Alzheimer del área de Enfermedades Neurodegenerativas del CIBER (CIBERNED) en el Hospital Sant Pau, aseguró que hay nuevos retos del Alzheimer que consisten en mejorar el diagnóstico precoz y facilitar el acceso a nuevos medicamentos, como lecanemab o donanemab.
‘Leqembi’ (lecanemab), de Eisai, aprobado en abril por la Comisión Europea, es el primer tratamiento capaz de modificar el curso de la enfermedad en sus fases iniciales, retrasando su progresión en personas con deterioro cognitivo leve o demencia leve.
En julio, el Comité para Productos Medicinales de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos emitió una opinión positiva sobre ‘Kisunla’ (donanemab), de Eli Lilly, también para Alzheimer en etapa temprana. En ambos casos, los pacientes con dos copias de la variante genética APOE4 quedaron excluidos por tener mayor riesgo de efectos adversos.
Destacaron que estudios que refuerzan la hipótesis que vincula al virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1), causante del herpes labial, con la enfermedad de Alzheimer. Al reactivarse en el cerebro, acelera la acumulación de proteínas beta amiloide y tau, elementos clave de la patología.
Otros estudios desarrollaron el mapa más completo de riesgo genético de Alzheimer, basado en el análisis de datos de casi 100 mil personas de Europa, Asia, África y América. Identificaron nuevos genes y regiones del ADN vinculados con la enfermedad y crearon un perfil genético capaz de estimar la probabilidad de padecerla.