Dormir ocho horas no siempre garantiza descanso, pero la calidad y la rutina del sueño influyen más del tiempo que se pasa en la cama.
Es decir, hay ocasiones en que se descansa poco, pero se despierta con energía, en otras ocasiones se duerme más, pero se siente más cansancio.
La ciencia del sueño ha demostrado que descansar correctamente depende de muchos factores: desde los horarios hasta el ambiente que se crea.
De acuerdo con la American Academy of Sleep Medicine (AASM), los adultos deberían dormir al menos siete horas por noche para mantener una salud óptima.
Dormir menos de siete horas de forma constante no solo causa fatiga, irritabilidad y menor concentración, sino que también está relacionado con problemas cardiovasculares, metabólicos y cognitivos.
Un estudio publicado en JAMA Network Open, que analizó los hábitos de sueño de adultos del UK Biobank, encontró que quienes dormían menos de seis horas por noche tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con quienes dormían entre siete y ocho horas.
Miguel Isaac Khoury Siman 