
Alteraciones en bacterias digestivas y señales inflamatorias actúan sobre los músculos y la protección ósea.
El dolor de espalda afecta a millones de personas en todo el mundo y se ha convertido en la principal causa de discapacidad global, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Reino Unido, las últimas cifras emitidas muestran que los trastornos musculoesqueléticos provocaron la pérdida de 7,8 millones de jornadas laborales, reflejando la magnitud de este problema en la vida cotidiana y su impacto en la economía.
Un estudio se centra en el llamado “eje intestino-columna”, una compleja red de comunicación entre los billones de bacterias intestinales, el sistema inmunológico y la sensibilidad al dolor.
Según una revisión publicada en 2023 por Frontiers in Microbiology, existe evidencia de que un microbioma intestinal desequilibrado podría acelerar el deterioro de la columna vertebral,
La relación entre mala salud intestinal y dolor de espalda se explica principalmente a través de la inflamación.
Ciertas afecciones digestivas agravan directamente el malestar de espalda.
Por su parte, el estreñimiento tiende a provocar tensión muscular lumbar por la acumulación de presión abdominal.