Enfermedad intestinal inflamatoria y la colitis ulcerosa

La enfermedad intestinal inflamatoria (EII) tiene dos caras: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. 

Es un ataque constante al tubo digestivo que provoca dolor, diarrea, sangrados y un cansancio que obliga a los pacientes a planear la vida alrededor de un baño. No existe cura; se alternan fases tranquilas con brotes que interrumpen estudios, viajes y trabajo. Detrás hay un fallo del sistema inmunitario, complicado con factores ambientales, la microbiota y cierta predisposición genética.

Las opciones de tratamiento van desde antiinflamatorios hasta los llamados biológicos, anticuerpos que bloquean moléculas proinflamatorias. Estas soluciones funcionan, pero con matices, ya que tienen una eficacia limitada o irregular, efectos secundarios, como infecciones, y un seguimiento difícil. Uno de cada tres pacientes abandona o pierde respuesta el primer año con los biológicos más modernos.

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